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¡Bienvenidos a mi blog! Aquí compartiré reflexiones y escritos inéditos.


Pequeña historia: la vecina del 2º.

23 de abril 2025

La vecina del 2º A sale todos los días a las 7:40h de casa, creo que vive sola. Siempre sube y baja andando, nunca coge el ascensor. Vuelve sobre las 14h y sube cansada, peldaño a peldaño como si la vida le pesara a cada paso. Oigo cómo abre la puerta y luego la cierra con llave por dentro. Hemos coincidido alguna vez en mi rellano. Nos saludamos educadamente, sin cruzar ninguna palabra. Es una persona que me genera mucha curiosidad, no sabría cómo explicarlo, pero tiene algo. Algo diferente. Una mirada intensa, breve pero intensa, de esas que se te clava un segundo y transmite cercanía.

Llevo 2 años viviendo en esta casa. Es un edificio pequeño de 3 plantas y cada una tiene 4 manos, yo vivo en el 1ºD. El piso en realidad es de mis padres, se quedó libre y decidí mudarme aquí. Hace 6 meses que Rebeca y yo lo dejamos y desde entonces vivo sola. Me costó un poco volver a retomar una rutina conmigo misma pero las 2 sabíamos que las cosas no iban bien y que lo mejor era dejarlo. No tenemos mucho contacto, de vez en cuando le pregunto qué tal está y me contesta. No siento la necesidad de saber mucho de ella, estoy mejor así. Estuvimos juntas un año. Hace unos días me enteré que tiene novia. Me lo dijo una amiga que tenemos en común. Me alegré por ella, es muy buena tía. Las 2 tenemos mucho carácter y lo nuestro no cuajó, pero deseo que sea feliz en su nueva relación. Tengo muy buenos recuerdos de cuando empezamos a salir, tuvimos buena conexión desde el principio. A los 3 meses de conocernos vino a vivir a mi casa. Ella compartía piso con otras 3 chicas y no estaba muy a gusto por lo que lo hablamos y enseguida nos pusimos de acuerdo en que queríamos vivir juntas. A veces dudo si hicimos las cosas demasiado rápido. Estábamos ilusionadas y nos dejamos llevar. La convivencia no fue como esperábamos. Poco a poco los malos entendidos y las discusiones fueron en aumento e hicieron que la relación se fuese a la mierda.

Tocan el timbre.

― Si, ¿Quién es? ―pregunto.

― Hola, soy de Seur, tengo un paquete para el 2º A y no hay nadie, ¿podrías por favor cogerlo tú?

―Sí, claro. Sube ―contesto brevemente.

Abro la puerta, oigo al repartidor subir las escaleras.

―¡Hola! ―le saludo e inmediatamente gira la cabeza hacía mí.

―Muchas gracias por recoger el paquete, termino el reparto ahora y así mañana no tengo que volver a esta zona. ¿Me dices tu DNI por favor?

―Si, 15239676M.

―Muy bien, firma aquí y ya estaría ― me dice acercando una tablet en la que tengo que firmar con el dedo.

―No se entiende muy bien, pero ¿vale así? ― pregunto al ver que la letra no es muy legible.

―Si, tranquila es suficiente. ¡Buen día! ― responde acelerado y se va.

Llevo el paquete a la mesa de la cocina, lo miro detenidamente. Tengo curiosidad por saber cómo se llama la vecina del segundo ya que en su buzón solo pone piso y letra. Nunca acude a las reuniones de la comunidad por lo que deduzco que tal vez viva de alquiler y no tenga el menor interés en dedicar su tiempo a escuchar las quejas de los vecinos.

Hay 2 etiquetas pegadas, una con un código de barras en la que pone que el envío salió de Alemania hace 10 días y otra con su nombre y dirección. Leo atentamente, se llama Silvia Ruíz.

Me quedo pensando. Silvia Ruiz…nunca imaginé que se llamara Silvia. Repito varias veces su nombre en mi cabeza. Me pegaba más el nombre de Ana o María. Pero no, es Silvia.

Son las 13:15h, no queda mucho para que vuelva a casa. Miro por la ventana. Hoy ha salido el sol y hace un día espléndido, de esos de cielo azul sin nubes, despejado y sano. Justo en frente de casa hay un parque infantil, varios niños juegan con un balón, otros se columpian y ríen a la vez. Hay 2 vecinas hablando, son Clara y Lucía. No tengo mucho trato con ellas, pero cuando he necesitado algo siempre me han ayudado amablemente. Saben que soy la hija de Eugenio y Rosa y tienen mucho cariño a mis padres. Se conocen desde jóvenes y cada vez que me ven me preguntan por ellos. Hace 2 meses tuve una avería en el calentador y Clara que vive en el 1ºA, me dijo que no tuviese ningún problema en ir a ducharme a su casa. Me daba apuro hacerlo pero le agradecí el ofrecimiento. Por suerte al día siguiente lo repararon y no hizo falta.

Mi fachada no da al lado del portal por lo que cuando se acerquen las 14h no veré si Silvia entra o no en el edificio. Estaré pendiente de oír si sube las escaleras.

13:55h, he dejado el paquete en el mueble de la entrada para tenerlo más a mano, pero aún no se escucha subir a nadie.

13:58h, la puerta del portal se ha abierto, ¿será ella? Han pedido el ascensor. No, no es ella.

14:05h, alguien entra al portal. Oigo pasos y sigilosa miro por la mirilla para ver si es Silvia. Sí, es ella. Sube despacio, mirando el móvil. Abre la puerta de su casa y se cierra por dentro.

Si voy ahora va a ser muy descarado, sabrá que he estado pendiente de si llegaba o no. Por eso decido esperar un poco.

15:15h, voy a subir.


Atardeceres. 18 marzo 2025

 

Entendí,

que quise mantener vivo

algo que ni siquiera latía.

Comprendí tus argumentos

camuflados, una vez más,

de excusas sin sentido.

Supe verlo a tiempo

y salvar así mi alma 

de promesas incumplidas.

Fui capaz de olvidar

todos los atardeceres 

excepto el de aquel día,

el día en el que el cielo explotó

al ver el rojo de tus ojos.

Recuerdo sentir tu fragilidad.

Recuerdo que vencimos al miedo.

Aún queda un leve reflejo de tu mirada grabado en mis pupilas.


Presentación 3 de junio 2024.

Los días importantes se hacen de rogar pero siempre terminan llegando. El lunes 3 de junio fue uno de esos días.

Nervios desde por la mañana, contando las horas, repasando el texto que había preparado...respirando.

Y llegó.

Minutos antes de las 19h los asistentes fueron tomando asiento. Viéndoles llegar intentaba controlar mi respiración.

Mi objetivo era disfrutar del momento, dejarme llevar y hablar tranquilamente sobre algo que yo misma he creado.

Un contexto nuevo para mí, raro, emocionante.

Pasados unos minutos de las 19 h empecé. Los nervios estaban presentes pero conseguí controlar mi mente para ser plenamente consciente de las palabras que decía. Fui hilando un tema con otro, desgranando así detalles del libro. 

 

presentación libro poesía

Mi amiga Amaia me acompañó y eso hizo que tener enfrente al público fuese más llevadero.

Después de la presentación firmé varios ejemplares y saludé a las personas que se acercaron.

Contenta con el resultado, me ha costado digerir estos días las emociones vividas pero ahora sé que una vez que se rompe el hielo, estoy preparada y con más ganas de hacer otra presentación de este libro.

firma libros presentación poesía

Gracias vida, una vez más, por sorprenderme con experiencias tan bonitas como esta.